De las 500 especies extinguidas desde el siglo XVI, una quinta parte de ellas lo hicieron durante el siglo XX, lo que demuestra –según el estudio publicado por PLoS- el alto impacto de la humanidad en este proceso. La investigación fue dirigida por el español David Nogués-Bravo (del Museo Nacional de Ciencias Naturales
El estudio se centró en la desaparición del Mamut Lanudo (Mammuthus primigenius), mamífero de unos 2 metros de altura que se creía sufrió la extinción con el recalentamiento global que dio fin a la Era de Hielo. Las distintas especies de Mamut se extinguieron hacia el período Holoceno. El más conocido popularmente de los Mamut es el Mamut lanudo, que vivió en el Hemisferio Norte, de cabeza en forma abombada, largos colmillos curvados y su piel cubierta de un grueso pelaje adaptado a los intensos fríos.
El Mamut Lanudo -explica el estudio que cita el diario 20Minutos
“La coincidencia de la desaparición de zonas adecuadas para los mamuts y el aumento de la actividad humana en el Holoceno”, fueron el tiro de gracia para la extinción definitiva de esta especie, sostiene el estudio. “En ausencia de la caza humana, las poblaciones de mamut podrían haber sido capaz de sobrevivir en pequeñas zonas de hábitat adecuado”, estima el estudio.
En la extinción de las especies influyen tres factores: los cambios climáticos (nuevas condiciones climáticas en el hábitat para el que estaban adaptados); la deforestación y los cambios en los suelos (cambios relacionados a las fuentes de alimento); y las especies invasivas (aumento de la población o poder territorial de animales depredadores).
En el caso del Mamut, las nuevas condiciones climáticas generaron condiciones negativas para que cayeran en merced de la especie depredadora por excelencia: el humano. En este sentido, el estudio señala que aunque los procesos de extinción son comunes en la naturaleza, el hombre colabora acelerando este proceso.
Otro animal extinguido de la misma época es el
Por su parte, el dodo era un ave que se desarrolló en las islas del Océano Índico. En las islas principalmente habitadas por el dodo no había peligro de depredadores amenazantes, motivo por el cual es posible que esta ave no haya desarrollado el vuelo. Pero con la llegada de seres humanos a las islas hacia el siglo XVI, las condiciones de hábitat fueron cambiando. Se produjo una reducción de los bosques (fuente principal de su alimento), y se introdujeron nuevas especies animales (cerdos, ratas), que junto a la caza humana culminaron por determinar la extinción de la especie apenas un siglo después del primer contacto con el hombre. El dodo es quizás la primera especie animal cuya extinción está directamente ligada a la interrelación con los humanos, y de la que los hombres somos su principal responsable.
En España, pese a ser el país europeo con mayor biodiversidad del continente, el 33% de los vertebrados se encuentran en peligro de extinción. De los 11.167 animales en peligro de extinción en todo el mundo, 124 especies son consideradas en estado crítico. Entre estas especies que corren grave riesgo se encuentra el lince ibérico, de quien sólo sobreviven 200 ejemplares y es el felino más amenazado del mundo.
Entre los felinos en peligro de extinción se encuentra el puma (o león de montaña americano), que pese a su gran adaptabilidad a distintos ambientes, ha sido en los últimos siglos presa permanente de los humanos.
Otros animales en peligro de extinción son el yacaré, y distintas especies de tortugas (principalmente marinas), ranas y lagartos, entre los reptiles. Entre las aves, se encuentran el aguilucho, el cóndor, las especies de albatros oscuro, pico fino y corona blanca, distintas aves de la familia de las gaviotas, la lechuza negra, el colibrí chico. Las aves son los animales con mayores especies en peligros.
Entre los mamíferos también se encuentran en peligro de extinción el gorila, el mayor de los simios, y el oso panda y el koala, que han sido las dos especies con mayor difusión proteccionista en los medios en las últimas décadas. La población del oso pardo cantábrico se estima en apenas unos 80 individuos, que viven en los Pirineos.
Distintas especies de ballenas también están en peligro de extinción: la ballena azul, la ballena gris, la ballena sei y la ballena de Groenlandia. Hoy se conoce además de dos especies de tiburones en peligro de extinción: el tiburón mielga (pequeño, de costa) y el tiburón cailón (oceánico, pariente del gran tiburón blanco.)
Todos estos animales aquí mencionadas, junto a los más de mil en peligro de extinción actualmente, han corrido esta suerte principalmente por efecto del hombre. Sobre todo la caza furtiva, pero también los procesos de desertificación y cambios de hábitat que produjo la humanidad en los últimos 5 siglos
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